2006/12/26

El ciego

El hombre camina dando tumbos en la acera. Mendiga.

Hace no mucho, contempló su ultima tarde. De esas tardes alegres de los días de Julio cuando los niños dejan sus libros y lápices y se dedican a jugar sin más placer que dejar al sol hincarse en sus pieles curtidas de inocencia.

- Limosna! Por piedad...


Esa tarde contempló atento aquello que un día lo hizo feliz, con la amarga sensación de saber que jamás lo volvería a ver. Palpó su textura. Saboreó su nectar. Oyó atento la música que emanaba. Con cada cosa, colocaba una marca indeleble en su mente de modo que cuando sus ojos se cerraran para siempre, viviría con el recuerdo de asociarlo a sus sensaciones.

(Recibe unas monedas aquí. Un plato de sopa que desdeñaron los perros allá. Solo los árboles le dan plenamente el tesoro de su sombra y la cobija de sus hojas en los días de lluvia. Los mismos perros le ladran con vehemencia, como lo hacen con quienes no tienen alma...)

Cayendo la tarde, el hombre supo que su hora había llegado.

Sin más preambulos tomó la daga mas afilada y con lagrimas en sus ojos los fue destrozando lentamente hasta que se transformaron en dos hoyuelos espantosos que invadieron de tinieblas su existencia.

(Se sienta un momento en la acera. Huele su vestigio. Es inconfundible, pero tan intenso como efimero, se va raudo hacia el occidente. Lo sabe porque siente el calor del sol vespertino en su rostro. Llora durante mucho tiempo. El suficiente para saber que morir hubiera sido lo más facil pero lo menos digno de su naturaleza)


Me acerco a él. Su silencio está enmarcado en una mueca hosca. Su mano se extiende suplicante ante mi. Lo evito, pero no puedo dejar de pensar ¿que pudo ser tan grave como para que el hombre se arrancara los ojos?

Busco una moneda. La coloco en la palma del mendigo. Pero no la acepta.

Humilde, agradece mi corta generosidad y me dice:

- Acaso no reconoces el rostro de tu miseria cuando la tienes enfrente?

2006/12/15

Trinidad autodestructiva

De que le vale a un hombre ganar el mundo si pierde su alma?

Yo tenía alma, se la regalé al mas hermoso de los sueños
Un sueño con ojos de ambar y corazón de cielo
El cielo era su sonrisa, su corazón gigante, su aliento
Era paraiso perfecto, mi guerra victoriosa, mi sustento
La amé, la amo, la sigo queriendo.

Yo tenía alma, se la regalé al mas feroz de los sueños
Un sueño con risa macabra, con garras y dientes de hielo
Un opresor de ideas, un dictador, un asesino del silencio
Un viento destructor de mis cometas al vuelo
Le enfrente, me hirió, me sigue doliendo.

Yo tenía alma, se la regalé al mas triste de los sueños
Un sueño bohemio con llanto en el cuerpo,
Una lagrima perenne, un bolero de arrabal eterno
Un atardecer lluvioso, un puñal en el pecho
Le hallé, me hundió, me estoy muriendo.

De que le vale a un hombre ganar el mundo si pierde su alma?

Yo tenia alma, se la regale a un soplo del viento.
El amor, la rabia y el llanto, que son uno y son ciento.
Fui por amor,
un amor del que estoy aun sediento.
La furia y el llanto secaron su fuente,
ahora es un desierto.
Busco su tumba para darle un ultimo duelo
Pero fue incinerado. Ya nunca volveré a verlo
Perdi el alma, perdi el cielo, que importa el mundo
si no la tengo a ella, aunque siga viviendo.

Pero es zarza cortante que rompe mis alas
sin ellas no puedo seguir huyendo.