2011/01/12

Negaciones

Juan Angel se acerca a la laguna de sus ancestros. Se mira en el espejo de agua esmeraldina y contempla un rostro ajado y melancolico. La Voz de los muiscas le interpela:


- Eh tu, miserable. Que ha sido de ti?


La ultima vez que hablo con la Voz su tono era soberbio y ampuloso. Tenia aun mucha juventud en el alma, un cuerpo brioso y unos deseos irrefrenables de ir a la guerra. Los dioses le querían, merced a los miles de regalos que le concedian a diario y en su corazon albergaba unicamente la idea de volver triunfante para regodearse entre sus semejantes con la gloria del botin. Le prometió a la Voz conquistar el mundo para encontrar su felicidad. 


Hoy sin embargo todo es diferente. Hay un hombre mustio, envejecido y agazapado que diverge cientos del que se fue hace un buen tiempo atras. Responde a la pregunta:


-Oh Madre. He sido derrotado.
Esta lucha me ha descompuesto
Los huesos me duelen, aun cuando
no tanto como duele el alma.


Gané muchas batallas, saqueé ciudades enteras
esclavicé medio mundo y me vestí de gloria
Pero no pude sostenerme
El precio del triunfo fue negarme
Deje de ser acto, por sentarme a ver.
Deje de ser céfiro, para convertirme en veleta.
Clave mi espada en tierra, para sentarme en un trono.
Cambie mi lobo por un apacible cordero.


Desesperado me rebelé contra mi.
Me reí del payaso en la silla vacía
Renegué de mis ancestros, mis fieles amigos
Escupí sobre mi corte famélica
Y pronto he sido preso de ellos
Me confinaron a una infamante celda.
Y me he perdido en tinieblas.


Pero escapé.


Corri de nuevo al poniente, al galope miserable
que pueden dar estas piernas malogradas.
Crucé la frontera y llegué a casa de nuevo.
Ahora,
Soy mendigo de mis semejantes, escoria.
De mi se rien ahora los niños, me increpan.
Me ladran los perros, no perdonan
el abandonar al primo lobo a sus enemigos.


Hoy vuelvo a ti Madre preguntando
Por qué los dioses me abandonan
Por qué permiten que tropiece, que caiga
que me humille a los pies de la gente.
Por qué he perdido tu favor, Por que
dejas que me consuma?


- Silencio miserable insensato! Te has demorado una vida entera en aprender a mirar desde el suelo a tus semejantes y aun no comprendes el valor de tu mendicidad? Tal vez sean necesarios unos años mas de presidio para que lo entiendas.


Juan Angel baja de la laguna mientras los perros le ladran y niños y viejos le lanzan guijarros y se burlan de él. A la vera del camino se sienta en un madero a estirar sus piernas.


Manso, su lobo aparece de repente y se sienta junto a él. Sus manos hirsutas tiemblan de alegría. Ya no importa el hambre ni el frio, ni las largas caminatas - pensó - Ahora todo estará bien.


Asi es Juan Angel. En el presidio tu lobo es mas util que mil corderos.



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